jueves, 31 de julio de 2008

He regresado

Sí sí. Después de la bendita fase de finales, me veo con tiempo para poder escribir. Más aún estando en cama, con una bronquitis viral que pretende hacerme pasar, justo a mí, dos días más de reposo. Ya voy tres y estoy caminando por las paredes. El cuerpo no me da pero la cabeza sí, y descubrí que el blog es una buena manera de no pasar de la enfermedad a la locura.


Ante todo, esto va para Sebas, a quien nunca pude responderle su comentario en el posteo anterior. No te creas que mis únicos argumentos pasaban por un simple cartelito. Tenía (y tengo, porque hay que ver hasta qué punto esto está resuelto) justificaciones a ese cartel. Hace bastante leí tu comentario y me dije "ni bien pueda respondo, pero no ahora porque no da para resumirlo en cinco minutos". En serio, el tema da para grandes debates y no quise limitarme. Ahora que empiezan mis vacaciones me encuentro con que el conflicto, al menos en su fase mediática, ha concluído. Ya no sé si estás interesado en que te comente mi postura y el por qué de mi apoyo al campo. Brevemente, y para no extenderme en algo que quizá no te interesa ya, limitaré mi postura al siguiente párrafo.


El apoyo al campo se debe, en primera instancia, a que no considero justo que se lleven una porción tan grande de lo que uno produce, sobre todo cuando en esa producción no hay ayuda alguna, ni subsidios ni de ninguna índole. A su vez, mucho se habló del aumento de las carnes y lácteos, sin decirse nunca que no son los productores quienes definen el precio (en otro posteo te podría dar números al respecto). No es a los productores a quienes la gente debe reprochar los precios ya que ellos no lo deciden. En todo caso, los productores podrían quejarse también por el aumento de los insumos (léase fertilizantes, alimentos, vacunas, etc). Esto no fue muy comentado en los medios porque, convengamos, el asunto fue tratado desde la confrontación campo-gobierno, y no desde las causas o motivos de las partes. Pero la realidad es que hace bastante que los productores ven cómo sus costes aumentan y no así sus ganancias, pese a que al consumidor le llegue un precio exagerado. Si a esto le sumamos retenciones, estamos en problemas. En algunos casos no se podría hablar ni de ganancias mínimas sino, lisa y llanamente, de pérdidas. Y hay otra causa mediante la cual no necesariamente apoyo al campo pero sí me postulo en contra de la política del gobierno. La causa a la que hago referencia es el precio internacional de los alimentos y la gran oportunidad que Argentina dejó pasar. Sebas: si vos tenés un montón de (equis, reemplazala por el bien que te guste) y el mundo entero esta desesperado por eso, y dispuesto a pagarlo, en algunos casos, lo que sea, ¿qué haces? ¿ponés trabas y te quedas con la mayor parte vos? Yo no. Pero nuestro gobierno sí. Y no explica, porque este gobierno no dialoga (y después hace tres actos en una semana. ¡Por Dios! Eso no es diálogo en ningún país democrático). Mi postura gira en torno a estos aspectos y a algunos más en los que, si llegas a estar interesado, detallaré más adelante. Por el momento sólo cumplo con lo que pedías en tu último comentario.